Nuestroblog

SIGO SIENDO YO

Me miro. Me miro una y otra vez en el espejo del baño. Cada mañana. Me miro en el ascensor; frente a frente: esa no soy yo…

Esa señora de cabello blanco. Esa señora de cabello corto. Intento mover mi brazo para alcanzarme el cuello y saber si por lo menos la melena me tapa la nuca. Pero ni con el brazo bueno llego. En mi cabeza se agolpan imágenes de cuando mis hijos eran pequeños: Isaac, el mediano, siempre metía sus manos en mi larga melena oscura y jugaba a hacerme trenzas…Intento consolar las lágrimas que traen este recuerdo, mientras la auxiliar me agarra las manos compasivas.

Esa señora sin pendientes, como un hombre. Nunca me gustó salir a la calle sin ellos: era como si me faltara algo y me sentía desnuda…

Esa señora de ojos pequeños y tristes; sin maquillaje, sin rímel.

Sé que una vieja como yo ya no debería pensar en estas cosas. Sé que desde que me dio el ictus debería de preocuparme de recuperarme. Hacer caso a las chicas de rosa, y a mis hijos y poner toda mi voluntad en estar mejor: en volver a andar, en hablar de nuevo.

Pero verme en un espejo y no reconocerme es muy duro…Me miro y me miro y siempre pienso que no sería tan difícil teñirme el cabello, ponerme pendientes, porque aunque este viejita y enferma, sigo siendo yo…

 

 

Utilizamos cookies propias y de terceros para realizar el análisis de la navegación de los usuarios y mejorar nuestros servicios. Puede obtener más información, o bien conocer cómo cambiar la configuración aquí. Más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar